Para que una organización pueda avanzar en fortalecer un enfoque preventivo en materia de salud y seguridad en el trabajo es importante que identifique y tome las acciones necesarias frente a la fuente o el origen del riesgo laboral, con la finalidad de evitar que los trabajadores sufran daños, y tomar las medidas necesarias para eliminar los accidentes laborales mediante elementos de protección colectiva o personal (EPP).
Por está razón, es imprescindible distinguir entre el peligro y el riesgo en el ámbito de trabajo. Existe un peligro cuando hay una situación, sustancia u objeto que tiene una capacidad en sí misma de producir un daño, como lo son las sustancias tóxicas, un trabajo confinados o en altura, el uso de una sierra circular, etc.
Qué es un riesgo laboral
El riesgo laboral es la relación entre la probabilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado del trabajo con elementos peligrosos y la severidad de dicho daño. Por ejemplo, usar la sierra sin protección, manipular una sustancia química peligrosa o trabajar en altura sin tomar las medidas preventivas adecuadas que dicho trabajo conlleva.
Estrategias en la prevención de los accidentes laborales
El mayor desafío de la prevención de accidentes laborales es lograr que los peligros que puedan surgir en una situación laboral no se transformen en riesgos. Por ello es necesario instrumentar diferentes estrategias para controlar las fuentes de riesgos. Las principales estrategias se organizan de acuerdo a las siguientes fases:
- Identificar los riesgos.
- Evaluar los riesgos identificados que no se pueden evitar.
- Aplicar las medidas necesarias para controlarlos.
- Controlar la eficacia de esas medidas.
- Relevar periódicamente las condiciones de trabajo, especialmente cuando ocurren cambios en la organización del trabajo o cuando ingresa nueva tecnología.
Medidas de control de accidentes laborales
A la hora de adoptar medidas de control del riesgo es importante destacar que estas medidas deben adoptarse conforme a un orden jerárquico establecido, según su eficacia decreciente:
- Eliminación del riesgo: la primera opción deberá ser la de eliminar el riesgo, es decir, hacer lo posible por suprimirlo, mejorando las condiciones de trabajo.
- Sustitución del agente o proceso riesgoso: si la eliminación del riesgo no fuera posible, se debe sustituir el agente o el proceso por otro de menor riesgo.
- Control en la fuente u origen del riesgo: en tercer lugar, y si las medidas anteriores no son posibles, se deberán adoptar medidas de control en la fuente o el origen del riesgo (por ejemplo, medidas de ingeniería como sistemas de ventilación localizada junto a una fuente de contaminante o barandas de protección colectiva contra el riesgo de caída a distinto nivel).
- Medidas administrativas: si no se pueden adoptar las medidas anteriores, se introducirán medidas administrativas, como la reducción de los tiempos de exposición, y señalizaciones.
- Uso de elementos de protección personal (EPP): la última medida será el uso de los elementos de protección personal (EPP) que es el método menos eficaz. Sólo se deben utilizar como último recurso cuando no sea posible combatir los riesgos mediante las medidas antes citadas. Es necesario tener en cuenta que el uso de los EPP es una medida de protección y no de prevención, ya que evita las consecuencias de un accidente, pero no previenen su ocurrencia. Por ello, es importante considerar el cumplimiento de las condiciones preventivas.
Criterios para la selección de Equipos de protección personal (EEP)
El siguiente decálogo (adaptado de la obra de Conte Grand y Rodríguez, 1999) expone el criterio de uso de los elementos de protección personal:
- Los EPP deben ser la última barrera de defensa. El uso de estos elementos debería ser complementario de las medidas anteriores y no una alternativa.
- La utilización de EPP debería ser provisoria (es decir, hasta que el riesgo pueda anularse o limitarse de otra forma).
- Cuando se seleccionen los elementos de protección personal debe considerarse no sólo su eficacia, sino también su comodidad. En este sentido, es fundamental la participación de los trabajadores en la selección.
- El EPP debe ser adecuado al riesgo a prevenir (por ejemplo, cada protector auditivo tiene capacidad para proteger en determinadas frecuencias e intensidades por lo que deben elegirse en función de ello; las máscaras respiratorias deben tener los filtros que corresponden al riesgo que se desea controlar).
- El EPP debe ser homologado, y el mecanismo de homologación debe estar respaldado por ensayos de los EPP en laboratorios independientes.
- Deberá considerarse que algunos elementos pueden dificultar la tarea asignada, por ellos se debe prestar atención, ya que puede que los trabajadores no los usen.
- Deberá tenerse en cuenta que los elementos de protección personal pueden aumentar la carga de trabajo.
- La introducción de cada elemento de protección personal debe ser motivo de una campaña de educación y persuasión participativa.
- Debe contarse con un programa de limpieza, mantenimiento e inspección periódicos de los EPP.
- Debe evaluarse periódicamente la necesidad de introducir o mantener un elemento de protección personal.
Esperamos que esta información sea de utilidad, y ayude en la prevención de muchos accidentes laborales.
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